Capítulo 11 Transformación Digital en la educación superior en Colombia: oportunidades y retos para la implementación y construcción de datos e indicadores
Alida M. Acosta-Ortiz
Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología OCyT. amacosta@ocyt.org.co
Mabel Ayure Urrego
Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología OCyT. mayure@ocyt.org.co
Diego Silva Ardila
Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología OCyT. dsilva@ocyt.org.co
11.1 Introducción
El desarrollo acelerado de diversas tecnologías y su inclusión en el día a día de las sociedades ha traído consigo transformaciones en las relaciones interpersonales y en las relaciones de las personas con estos desarrollos. Sin embargo, el ritmo y el nivel de asimilación de estas tecnologías no es constante en todas las esferas del sistema socioeconómico. El nivel de conocimiento digital (Stern et al., 2009), el género (Ono y Zavodny, 2008) y el estatus social de los usuarios, creadores y gestores de la Transformación Digital son variables que determinan diferencias en el alcance de la Transformación Digital en el empleo, la salud y la educación de una sociedad (Dimaggio y Garip, 2012). Fundamentalmente, el conjunto de valores y creencias de una sociedad marca el derrotero para determinar cómo y cuándo usar o no una tecnología (Gray y Rumpe, 2017).
Junto al componente humano y una vez definido el propósito, el diseño exitoso de una estrategia de Transformación Digital depende en buena medida de la evaluación de la pertinencia de las infraestructuras tecnológicas en los contextos donde tiene lugar la transformación, lo cual va muy ligado con definición de la información a circular a través de estas tecnologías, y de los procesos para determinar cuándo es suficiente un desarrollo y cuándo es necesaria una re ingeniería en la estructura organizacional para gestionar el impacto humano de los cambios al tiempo que se promueve la aceptación de la transformación tanto dentro como fuera de la organización.
En este artículo se desarrolla una mirada a la Transformación Digital que se ha dado en Colombia, como estudio de caso que ofrece los elementos para el diseño de una agenda específicamente en la educación superior. Considerando las oportunidades y los riesgos que trae la Transformación Digital se sugiere documentar la experiencia de las universidades colombianas y con esta información generar indicadores de monitoreo y ajuste.
11.2 ¿Qué se entiende por Transformación Digital?
A lo largo de la historia de la humanidad, el desarrollo de nuevas tecnologías ha motivado la generación de estrategias para explotar sus beneficios. Al igual que sucedió con la mecanización, la generación de electricidad y la automatización, en el siglo XXI, con el desarrollo de la informática y la cibernética, la Transformación Digital ha dado lugar a innovaciones de producto y de proceso con el propósito de hacer más eficiente la interacción personal y las transacciones de productos, datos, conocimiento.
La Transformación Digital puede definirse como el conjunto de cambios que se dan en una sociedad a través del uso de las tecnologías digitales (Agarwal et al., 2011; Mahlow, C. y Hediger, 2019; Matt et al., 2015; Oliveira y DeSouza, 2021). Según la revisión literaria adelanta por Vial (2019), existen no menos de 23 definiciones sobre Transformación Digital, las cuales se diferencian entre sí por el tipo de tecnologías implicadas (Horlacher et al., 2016) y por la su naturaleza (Andriole, 2017). Aunque todas coinciden en el uso de tecnologías digitales, esta es solo una parte del proceso de Transformación Digital, el cual incluye las transformaciones que se dan en paralelo tanto en la estructura como en la cultura institucional (Carlo et al., 2012; Karimi y Walter, 2015 y Selander et al., 2010).
A pesar de la multiplicidad de novedades tecnológicas, de las recetas para su aplicación en las empresas, en los Gobiernos y en la vida privada, para cada organización la Transformación Digital sigue su propio ritmo y trae sus propios retos. La sola implementación de tecnologías tiene el potencial de resultar en procesos más eficientes. Sin embargo, si los usuarios no tienen la disposición para el cambio y las instituciones no hacen ajustes organizacionales, la Transformación Digital agudiza problemáticas existentes, por ejemplo, generando brechas de comunicación.
Para garantizar la efectividad de la Transformación Digital, antes de decidir qué herramientas digitales usar y cómo usarlas (Oliveira y DeSouza, 2021), es necesario conocer la actitud de las personas hacia las tecnologías, así como la cultura de las organizaciones a las que pertenecen los usuarios de estas tecnologías. En esencia, es la visión de la organización la que determina el tipo de Transformación Digital por implementar y no las herramientas digitales las que determinan la dirección que ha de tomar la Transformación Digital de una organización.
Diversos modelos de Transformación Digital han sido creados en los diferentes sectores socioeconómicos (Downes y Nunes, 2013; Giang et al., 2021; Hess et al., 2016, 2019; Rodríguez-Abitia y Bribiesca-Correa, 2021); cada uno de ellos enfatiza en las áreas claves de su propia industria (Gray y Rumpe, 2017). Por ejemplo, los modelos de Transformación Digital para el sector industrial, financiero y del comercio, por lo general, se refieren a las organizaciones como el objeto último de la Transformación Digital; sin embargo, una ampliación de este modelo que incluya al individuo y la sociedad (Majchrzak et al., 2016; Rodríguez-Abitia y Bribiesca-Correa, 2021) resulta más pertinente para el contexto educativo (Mohamed Hashim et al., 2021; Oliveira y DeSouza, 2021). La Transformación Digital en educación en el siglo XXI gravita alrededor de los procesos de enseñanza y aprendizaje para una audiencia que, en su mayoría, ha crecido en la era digital. En este sentido, Mohamed Hashim et al., (2021) presentan de forma esquemática los pilares de la Transformación Digital en el sector de educación, a saber: los recursos tecnológicos disponibles (ej. internet de las cosas, inteligencia artificial etc.); los recursos humanos (ej. aprender estudios interdisciplinarios, etc.) y por el enfoque pedagógico de la institución (ej. aprendizaje por proyectos).
11.3 El panorama de la Transformación Digital y Colombia
Al igual que en otros procesos de transición vividos por las sociedades, los procesos de Transformación Digital requieren de monitoreo y medición que permitan establecer en el nivel de madurez alcanzado en referencia al alcance determinado. La formulación de indicadores para tal propósito permite analizar y orientar la toma de decisiones al nivel de la organización (ej. una universidad) y a nivel intersectoriales (academia–industria-Gobierno). La OCDE (2019b) aborda el análisis de los procesos de Transformación Digital considerando siete dimensiones de política que pueden ser el punto de partida para la formulación de indicadores: el acceso a internet, su uso, la innovación digital, la transición de los entornos laborales, la confianza en los ambientes digitales, la apertura del mercado como entorno favorable para la Transformación Digital y su impacto en la sociedad. La plataforma Going Digital (OCDE), en su caja de herramientas, ofrece para cada una de estas dimensiones recomendaciones y un conjunto de indicadores para evaluar, por país, el estado de desarrollo alcanzado en la Transformación Digital y en relación con otros países.
A continuación, se presenta un ejemplo de cómo una selección de estos indicadores puede generar información para caracterizar el nivel de maduración de la infraestructura, los procesos, las capacidades y los datos para la Transformación Digital en un sector. Para cada sector económico, una selección de estos indicadores puede ser suficiente como punto de partida para el análisis. En el siguiente ejemplo, como autores, hemos escogido los indicadores asociados con acceso, uso, e innovación para describir el estado de maduración de la Transformación Digital en el sector educación para Colombia.
11.3.1 Acceso
Esta dimensión aborda la cobertura e infraestructuras de comunicación disponibles para el acceso a internet. Dentro de la dimensión se consideran las suscripciones a banda ancha fija (DSL, cable, fibra, satélite, inalámbrico fijo terrestre u otras tecnologías de cable fijo) y móvil como las conexiones de tipo 4G que soportan actividades con un alto flujo de información, por ejemplo, las relacionadas con la educación. Asegurar el acceso a las infraestructuras de comunicación en todas las áreas geográficas de un país es vital para contribuir al cierre de brechas digitales y de conectividad, que permitan el desarrollo de los procesos pedagógicos tanto de educación básica y media como superior. A partir de la información sistematizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que para el caso de Colombia es reportada a dicha organización por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), al 2020 el 98 % de la población colombiana tiene acceso a internet a través de conexión 4G, la cual soporta tecnológicamente plataformas educativas. Sin embargo, en otros indicadores, como los que se presentan a continuación, las cifras indican que la accesibilidad estable a internet en Colombia es aún un propósito por realizar.
Dentro de la dimensión de acceso, la capacidad de conectividad por cada cien habitantes en Colombia durante el año 2020 fue de 15,7. Teniendo como referente comparativo el promedio para los países de la OCDE, que es de 33,2 habitantes y las cifras de países de la región como Chile (19,3), Costa Rica (19,4), Brasil (17,1) y México (17,3), las cifras indican que, en relación con otros países latinoamericanos, Colombia tiene baja capacidad de acceso a internet con conexiones rápidas.
La penetración de banda ancha móvil por cada 100 ciudadanos en Colombia fue de 63,1 para el 2020. Este indicador es calculado según el número de suscripciones a servicios móviles y muestra la disponibilidad de conexiones de voz y datos respecto a las de solo voz. En comparación con países de la en la región como Brasil (89,7), Costa Rica (90,9) y Chile (99,6) el indicador de penetración muestra un rango de brecha de conectividad amplio. Con respecto a la escala de conectividad desde los hogares urbanos y rurales, el indicador muestra un 52 % de cobertura en Colombia para el 2020, sin desagregar los datos urbanos y rurales. Como referentes de la región, Brasil muestra una cobertura del 63 % y Chile del 88 %.
La información suministrada por los indicadores OCDE arroja un panorama general sobre el avance en Transformación Digital para cada país. Dado la congruencia de enfoque entre OCDE y UNICEF, la información suministrada por estas dos instituciones puede enriquecer mutuamente los datos para calcular indicadores. El reporte de GIGACONECT (United Nations Children’s Fund & International Telecommunication Union, 2020), un proyecto de mapeo de conectividad en escuelas alrededor del mundo desarrollado por UNESCO y GIGA, insiste en la necesidad de medir en tiempo real el nivel de acceso a internet de las escuelas en la totalidad del territorio de cada país. Esta medición permite generar datos como bien público para la toma de decisiones y el diseño de estrategias que abarcan aspectos como la protección de datos de estudiantes. La figura 11.1 señala, en puntos de colores, los niveles de conectividad de las escuelas públicas de Colombia. Los datos reportan que aproximadamente solo el 43 % de las escuelas tienen algún nivel de conexión a internet. Esta información coincide con las priorizaciones que establecen los departamentos del oriente del país respecto a sus necesidades de infraestructuras y alfabetización digital según datos reportados en el informe de indicadores de Ciencia, Tecnología e innovación, para el 2020 del OCyT (Observatorio colombiano de Ciencia y Tecnología, 2020).
Adicionalmente, el reporte sobre el Índice de Brecha Digital (IBD)12 en Colombia, publicado por MinTIC, señala a Vaupés como el departamento con el mayor IBD con 0,72 frente al promedio nacional de 0,42 para el 2020. Cerrar esta brecha implica, en el orden planteado por el IBD: generar habilidades digitales, facilitar el acceso a materiales abiertos y el uso de internet a nivel territorial y motivar a los usuarios para aprovechar los servicios disponibles.
Los datos de GIGA y el IBD confirman la necesidad de seguir implementando estrategias para el cierre de brechas digitales. Esto también se plantea en la UNESCO en la Declaración Global sobre conectividad para la educación, documeto construido a partir de las experiencias vividas durante la pandemia de la COVID-1913. El llamado hecho en la declaración está estructurado en tres focos, el primero es acercar las poblaciones más marginados a la conectividad, entre las cuales se encuentran las y los docentes en zonas remotas, las niñas y las mujeres, entre otros. El segundo foco está orientado a que se aumente la inversión en contenido educativo digital abierta, gratuito y de calidad. Finalmente, el tercero de los focos establece que la Transformación Digital de la educación requiere cambios e innovaciones pedagógicas que vayan más allá de reproducir educación presencial en canales virtuales, y hace el llamado a centrar esta transformación en la innovación educativa y la transformación de la cultura pedagógica.
11.3.2 Uso
Esta dimensión se refiere a los procesos que se realizan con las tecnologías disponibles para el acceso e interacción con internet. También se relaciona con la formación de capacidades para la ejecución de estos procesos y con todas las posibilidades de interacción que se generan entre nuevos usuarios desde las mediaciones tecnológicas.
Uno de los indicadores de referencia para monitorear el uso de internet es el consumo de datos desde conexiones de banda ancha con suscripción. Para este caso, el consumo promedio en Colombia para el 2020 fue de 2,8 GB frente a 7,54 GB que fue consumo promedio para los países OCDE en el mismo año. En relación con el uso de internet, de la población ubicada en el cuartil de menor ingreso según la OCDE, solo el 40,1 % de los hogares urbanos y rurales en este cuartil puede usar internet.
De todos los usos priorizados y para los cuales la OCDE ha generado indicadores, al 2020, en Colombia, el internet se usó mayoritariamente para servicios de almacenamiento en la nube digital (70 %). Mientras que solo un 10 % de la población adulta usó internet para resolver problemas con herramientas tecnológicas.
Dentro de esta dimensión, también se analiza el porcentaje de ciudadanos que interactúan con alguna entidad gubernamental mediante canales digitales para trámites administrativos o relacionados con los servicios públicos a nivel local, regional o nacional. En Colombia según los datos reportados por MinTIC a la OCDE, solo el 5 % de la población colombiana usó internet para hacer tramites gubernamentales en el 2020, una cifra bastante baja teniendo en cuenta que este fue el primer año de la pandemia de la COVID-19, periodo en el cual el país estaba en cuarentena.
Como se indicó anteriormente, el desarrollo de capacidades es parte fundamental de una estrategia de Transformación Digital. Como una medida de estas capacidades, la OCDE incluye el porcentaje de estudiantes con el más alto desempeño en ciencias, matemáticas y lectura (evaluados con las pruebas PISA), bajo el supuesto de que estos serán los estudiantes que mejor pueden apropiarse de los nuevos conocimientos de alfabetización digital. Según datos al 2018, el porcentaje de estudiantes colombianos que se ubicaron en el nivel de desempeño más alto de las pruebas PISA para lectura fue un 0,6 %, en matemática 0,3 %, y en ciencias un 0,2 %. Estas cifras están por debajo de las alcanzados por los países OCDE en agregado donde los porcentajes de estudiantes con el más alto puntaje en las pruebas corresponden a matemática (4,5 %), lectura (2,4 %) y ciencias (1,1 %).
En relación con el enfoque interseccional de la OCDE, los datos desagregados por sexo muestran que por cada dos hombres hay cero mujeres usando internet. Además del sexo, el enfoque interseccional incluye otras categorías como género, estatus socioeconómico, raza/etnia, estatus migratorio, discapacidad y religión. Sin embargo, la caja de herramientas de Going Digital solo incluye la variable sexo. Por lo tanto, y dado que la educación es un derecho universal, se recomienda para Colombia implementar la Guía para la inclusión del enfoque diferencial e interseccional (DANE, 2020)14, un documento, que desagrega otras categorías de enfoque interseccional, además de sexo, y que son informativas a la hora de generar estrategias para la Transformación Digital en la educación.
Los indicadores relacionados con la dimensión de uso de internet evidencian la necesidad de instrumentos de financiamiento sostenible y estrategias de responsabilidad social para garantizar la generación de contenido digital de calidad y el acceso continuo a servicios de internet, especialmente, aquellos servicios dirigidos a educación. Por otra parte, la información suministrada por estos indicadores muestran el papel fundamental del sector educativo como actor prioritario en el diseño de las políticas para uso de la internet y el desarrollo de capacidades digitales.
11.3.3 Innovación
Esta dimensión se estructura a partir de lo que una organización, como una universidad, haya definido como alcance para su Transformación Digital e incluye tanto los procesos como los actores involucrados en esta. En el sector educativo, la innovación digital ha dado lugar a cambios en los niveles de disponibilidad de sistemas de información y gestión de servicios académicos y ha diversificado la oferta de programas nacionales e internacionales. Sin embargo, también ha revelado la necesidad de generar capacidades en estudiantes, en docentes y en el personal administrativo que les permita desenvolverse en los nuevos escenarios educativos.
Adicionalmente, la caja de herramientas de esta dimensión de innovación considera seis indicadores: i) inversión en TIC como parte del PIB, ii) gasto empresarial en I+D como porcentaje del PIB, iii) patentes en TIC,iv) acceso a financiación para empresas nuevas e innovadoras, v) emprendimientos en TIC, y vi) producción de conocimiento relacionado con ciencias de la computación. De ellos, Colombia solo ha reportado información a la OCDE para este último, con datos que muestran que un 5 % de la producción académica del país en temas relacionados con las ciencias de la computación están en el top 10 de los artículos más citados según la clasificación Scimago15.
Las recomendaciones de la UNESCO y de la OCDE respecto a la innovación digital destacan la relevancia que tiene, para la formación de las nuevas generaciones y para la sociedad del conocimiento, disponer de ambientes de aprendizaje digitales o híbridos con recursos educativos abiertos (REA). Así mismo, cobra importancia el promover el uso ético de datos y herramientas como la inteligencia artificial, el desarrollo de capacidades y la sensibilización permanente sobre la inclusión y la reducción de sesgos en las estrategias de Transformación Digital.
Los datos son uno de los recursos de mayor valor en los procesos de Transformación Digital. Con la innovación digital se enriquecen los procesos de generación y explotación de datos ya sea en la toma de decisiones, la formulación de políticas o el desarrollo de una práctica educativa. Como se ha visto en el ejemplo que se acaba de describir, aunque la propuesta de indicadores de la OCDE está diseñada para informar la Transformación Digital en todos los países miembros, no todos estos contribuyen sus datos para la construcción del reporte.
La ausencia de esta información puede ser resultado, entre otras causas, por la falta de mediciones locales con el rigor estadístico para facilitar la comparabilidad tanto a nivel nacional como a nivel internacional. En la era digital del siglo XXI es imperativa la producción de estadísticas que permitan medir los procesos y los alcances de la Transformación Digital para los individuos, las organizaciones y la sociedad.
Diseñar e implementar estrategias de innovación y Transformación Digital requiere, por tanto, fortalecer la cultura del dato. Esto último envuelve dos aspectos: por un lado, comprender las implicaciones funcionales y éticas en la generación, recolección, procesamiento, almacenamiento y difusión de datos. Por otro lado, la distinción entre datos personales, gubernamentales, datos del sector privado, datos científicos o de procesos de investigación, públicos o de interés público (Newell y Marabelli, 2015). En conjunto, atender estos dos aspectos puede garantizar la calidad de los datos y la disponibilidad de las fuentes para suministrarlos.
11.4 Recomendaciones
11.4.1 Recomendaciones transversales
Estas recomendaciones se hacen a cuatro niveles: componente humano, componente tecnológico, componente financiero, y componente organizacional.
Componente humano. Para garantizar una Transformación Digital efectiva a nivel individual es necesario priorizar la alfabetización digital, identificar y conocer las percepciones y actitudes hacia el cambio tecnológico y promover actitudes resilientes y de adaptabilidad en los ambientes educativos. A nivel de grupo, promover la comunicación y la colaboración en equipo y, a nivel organizacional, es necesario caracterizar los liderazgos, los recursos humanos, la cultura y el clima organizacional. Estos tres niveles no son excluyentes entre sí; por el contrario, se recomienda sean atendidos de forma paralela.
Componente tecnológico. Las iniciativas en este campo están relacionadas con el acceso a los recursos tecnológicos y las condiciones de su uso (Hall y Sena, 2017). Por ejemplo, conocer de forma suficiente la tecnología y las condiciones óptimas para su uso y, a partir de ello, determinar el alcance de la implementación tecnológica y la velocidad con la que ha de implementarse (Tan et al., 2015). Igualmente, se recomienda determinar los criterios para monitorear la pertinencia de la Transformación Digital, por ejemplo, con el fin de determinar si se requiere un refuerzo para impulsarla, o si lo contrario resulta más beneficioso.
Componente financiero. Desarrollar acciones que permitan asegurar la sostenibilidad financiera del proceso de Transformación Digital, por ejemplo, identificar la pertinencia de una implementación escalonada. Por otro lado, dado la multiplicidad de actores, es necesario generar las políticas y establecer acuerdos que protejan la propiedad intelectual de la producción que se da en el marco de la Transformación Digital emprendida por la organización (Jackson, 2019).
Componente organizacional. En este campo se recomienda generar acciones que permitan establecer un enfoque de gobernanza que determine las políticas de Transformación Digital y las responsabilidades compartidas que incluya a todos los actores involucrados en el proceso.
Específicamente, para el sector educativo, dados su propósito y las características particulares de la comunidad académica, a continuación, se proponen algunas recomendaciones que pueden garantizar la efectividad de la Transformación Digital en la educación superior.
La Transformación Digital en las universidades podría desarrollarse a partir de una agenda de trabajo con tres líneas de acción: conceptualización y enfoque, capacidades humanas y de infraestructura, y lineamentos éticos. El desarrollo de un concepto de Transformación Digital al cual se adhiere la institución determina los criterios que permiten monitorear los ajustes y el fortalecimiento de la estrategia de Transformación Digital (Wacker, 2004). La agenda de capacidades e infraestructura, por un lado, incluye las acciones por reconocer, dimensionar y proyectar los escenarios en los que la Transformación Digital se convierte en oportunidad para alcanzar los propósitos educativos de las universidades. Por otro lado, requiere de acciones que faciliten el acceso a la conectividad dentro y fuera del espacio académico. La dimensión ética de la Transformación Digital tiene un doble propósito: determinar el derrotero para considerar las implicaciones multinivel que esta tiene, por ejemplo, temas asociados con inclusividad y acceso al contenido y servicios afectados. Por otra parte, la agenda ética sirve de canal mediático para la valoración y reconocimiento de los derechos compartidos de creación compartida (Matt et al., 2015).
11.5 A manera de conclusión
La Transformación Digital es un generador de cambios en las formas como las personas interactúan, crean, producen y consumen. La Transformación Digital no solo da lugar a bienes y servicios nuevos y novedosos, sino que también crea oportunidades para nuevos modelos institucionales. En esa medida, cabe preguntarse, ¿cómo entendemos la práctica pedagógica en contextos digitalmente transformados?
Las oportunidades y retos ofrecidos por la Transformación Digital son múltiples (Jackson, 2019). En este capítulo hemos centrado la mirada en los aspectos que subyacen a la Transformación Digital más que en las transformaciones digitales en sí mismas. Lo hemos hecho así con el propósito de ofrecer elementos de reflexión para quienes se dan a la tarea de estructurar e implementar procesos de Transformación Digital. Si bien es cierto esta es un propósito mundial, en Colombia y en otras sociedades similares, en aras de satisfacer criterios internacionales, se corre el riesgo de sin proyectar los alcances, se implementan estrategias para reducir la posibilidad de monitorear la pertinencia o no de estos procesos.
Dado que las estrategias de Transformación Digital son al mismo tiempo transversales a otras estrategias, es necesario realizar complejos esfuerzos de coordinación. Aunque este capítulo proporciona algunas directrices generales para abordar la Transformación Digital, futuros estudios podrían estar orientados a documentar las experiencias de Colombia para, de esta forma, poder ofrecer recomendaciones contextualizadas y establecer canales de cooperación entre varias personas y entidades del sector educativo y otros de la economía.
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Ver: https://colombiatic.mintic.gov.co/679/w3-article-162387.html↩︎
Ver: https://es.unesco.org/news/lanzamiento-declaracion-mundial-rewired-conectividad-ensenanza↩︎
Ver: https://www.sen.gov.co/files/sen/novedades/20201014/2020_10_09_GUIA_EDI.pdf↩︎
Ver: https://www.scimagojr.com/countrysearch.php?country=CO↩︎