Capítulo 1 Libro

EN LOS DOMINIOS DE LA MEDIUMNIDAD: Obra mediúmnica dictada por el espíritu ANDRÉ LUIZ

Traducción JANE AUTHIEVRE y HÉCTOR CENTRÓN

Introducción

El texto de Emmanuel, a través de Chico Xavier, explora la evolución de la comprensión científica de la materia y su relación con la espiritualidad. A lo largo del siglo XX, la ciencia ha desvelado secretos de la materia, desde los átomos hasta las energías cósmicas, desafiando las antiguas creencias materialistas. Este avance científico, según Emmanuel, acerca a los científicos a una comprensión espiritual, convirtiendo los laboratorios en templos de servicio a Dios.

El texto también aborda la mediumnidad, sugiriendo que todos somos médiums en sintonía con energías espirituales, dependiendo de nuestros pensamientos y sentimientos. André Luiz, el espíritu guía, enfatiza la importancia de la responsabilidad, el amor al estudio y el desarrollo moral para avanzar espiritualmente. La obra concluye con la idea de que cada persona recibe según sus acciones, reflejando un principio espiritual universal.

1.1 Estudiando la mediumnidad

En el capítulo 1 se presenta una discusión sobre la importancia y complejidad de la mediumnidad en el contexto actual. Áulus, un experto en ciencias mediúmnicas, guía a los aprendices en un curso sobre este tema, destacando la necesidad de comprender la mediumnidad como un fenómeno mental.

El capítulo enfatiza que la mente es la base de todos los fenómenos mediúmnicos, y que cada individuo crea un ambiente psíquico a su alrededor, influenciado por sus pensamientos y emociones. Se subraya la importancia de la sintonía y afinidad espiritual, ya que atraemos a espíritus afines a nuestra vibración mental.

El orador Alberio explica que la mediumnidad requiere no solo habilidades psíquicas, sino también un desarrollo moral y cultural para captar influencias superiores. La educación y el perfeccionamiento personal son esenciales para un uso adecuado de la mediumnidad, evitando los peligros de manejar energías sin disciplina.

El capítulo concluye con la idea de que todos somos médiums en diferentes niveles, y que el verdadero progreso mediúmnico depende de la purificación y elevación de nuestra individualidad.

1.2 Psicoscopio

En el capítulo 2, Áulus introduce a los aprendices a un instrumento llamado psicoscopio, diseñado para observar el alma y sus vibraciones. Este aparato, que utiliza electricidad y magnetismo, permite analizar la psicoscopia de individuos o grupos, revelando sus posibilidades espirituales y morales a través de las radiaciones que emiten.

Durante una visita a un grupo de médiums en una casa espírita-cristiana, los aprendices utilizan el psicoscopio para observar las auras y energías de los participantes. Se maravillan al ver cómo las energías mentales y espirituales se manifiestan como luces y colores, reflejando el estado espiritual de los individuos.

Áulus explica que todos los seres vivos emiten rayos vitales, o ectoplásmicos, que son fundamentales para los fenómenos mediúmnicos. Estos rayos varían según el desarrollo espiritual y la devoción al bien de cada persona. El capítulo concluye con la idea de que el estudio de la mediumnidad, basado en la mente y sus radiaciones, promete una gran renovación en el conocimiento humano.

1.3 Equipo mediúmnico

En el Capítulo 3 se presenta a los miembros de un grupo mediúmnico, destacando sus habilidades y roles en el trabajo espiritual. Raúl Silva, el líder, es descrito como un devoto de la fraternidad, cuya mente clara permite una comunicación efectiva con los benefactores espirituales. Eugenia, una médium joven, es elogiada por su docilidad y capacidad de ayudar a los desencarnados.

Anelio Araujo está desarrollando habilidades de clarividencia y psicografía, mientras que Antonio Castro, un sonámbulo, requiere vigilancia debido a su pasividad. Celina, una médium experimentada, es admirada por su dedicación y capacidad para manejar diversas facultades mediúmnicas, habiendo perfeccionado sus habilidades a través del sufrimiento y la devoción.

El capítulo también explora el uso del psicoscopio para analizar las emanaciones mentales y espirituales de los individuos, destacando la importancia de la mente en los fenómenos mediúmnicos. Áulus enfatiza que, aunque los médiums pueden alcanzar altos niveles de radiación mental, deben mantener la disciplina y la humildad para evitar caer en la vanidad o el desaliento, que podrían comprometer su progreso espiritual.

1.4 Frente al servicio

En el Capítulo 4 se describe una sesión mediúmnica donde se asiste a enfermos y entidades perturbadas. Dos enfermos físicos llegan acompañados de familiares, mientras que numerosas entidades espirituales dolientes se congregan alrededor del grupo mediúmnico, atraídas por las emanaciones espirituales.

Áulus explica que estas almas perturbadas suelen seguir a sus parientes o conocidos a las reuniones, y que el cambio en el estado mental de los encarnados puede dejarlas desorientadas. Algunas huyen, mientras que otras permanecen en busca de esclarecimiento. La importancia de la palabra y la enseñanza espiritual se destaca como un medio para elevar moralmente tanto a los encarnados como a los desencarnados.

El capítulo también aborda cómo las entidades vampíricas intentan obstaculizar el progreso espiritual de los asistentes. Se observa que las entidades dolientes llevan en su periespíritu las marcas de sus errores pasados, y que las reuniones mediúmnicas les ofrecen la oportunidad de renovación mental.

Se presentan casos específicos, como el de un espíritu amnésico y otro con un brazo paralizado debido a una maldición paterna. Estos ejemplos ilustran cómo las experiencias y pensamientos pasados afectan a los espíritus después de la muerte. Áulus enfatiza la necesidad de tiempo, cariño y comprensión para ayudar a estas almas a reajustarse y avanzar espiritualmente.

1.5 Asimilación de corrientes mentales

El Capítulo 5 se centra en el proceso de asimilación mental durante una sesión espiritual. El líder espiritual, Clementino, se une al grupo, y Áulus utiliza el psicoscopio para mostrar cómo los cuerpos físicos de los médiums aparecen como corrientes electromagnéticas de alta tensión. La mente se representa como una esfera de luz, destacando la individualidad espiritual dentro de la forma física.

Clementino ajusta su tono vibratorio para alinearse con Raúl Silva, el líder de la sesión, facilitando una conexión armoniosa. Este proceso se compara con un músico tocando un violín fino, donde la energía mental de Clementino influye en el cerebro de Silva, creando un flujo de luz y palabras.

Áulus explica que las fuerzas mentales actúan como la electricidad, con el plexo solar sirviendo como un conducto para estas energías, que luego se extienden a través del sistema nervioso hasta el cerebro y se expresan a través del habla. El capítulo enfatiza la importancia de las corrientes mentales en los fenómenos mediúmnicos, comparando la mente con un receptor de radio que procesa y transmite influencias espirituales.

La discusión destaca cómo los pensamientos tienen características distintas y pueden influir en la densidad y las cualidades magnéticas del alma. El capítulo concluye con el recordatorio de que la mediumnidad es inherente a todos los seres, y alinearse con fuerzas positivas o negativas depende del estado mental y las prácticas espirituales de cada uno.

1.6 Psicofonía consciente

En el Capítulo 6 se describe una sesión mediúmnica en la que se asiste a un espíritu perturbado. Tres guías espirituales traen a un desencarnado que no es consciente de su situación. Este espíritu, un obsesor, había estado vinculado a una mujer encarnada, absorbiendo sus energías y causando su enfermedad.

Áulus explica que el espíritu fue traído para recibir ayuda y que su obsesión con la mujer lo mantenía en un estado de simbiosis con ella. Durante la sesión, el espíritu se comunica a través de Eugenia, una médium consciente que controla el proceso. Aunque el espíritu utiliza el cuerpo de Eugenia para hablar, ella mantiene el control, asegurándose de que no se exceda.

El fenómeno de psicofonía consciente permite que el espíritu se exprese mientras la médium supervisa y limita sus acciones. Áulus destaca la importancia de que el médium mantenga su autoridad para proporcionar un apoyo efectivo. Si el médium cae al nivel vibratorio del espíritu perturbado, la ayuda se vuelve ineficaz.

El capítulo ilustra cómo el espíritu, al entrar en contacto con las energías de la médium, revive sus sentidos y se sorprende por su situación. A pesar de su confusión, el control de Eugenia asegura que el proceso se mantenga dentro de un marco seguro y beneficioso. La sesión es un ejemplo de cómo la mediumnidad consciente puede ser utilizada para ayudar a los espíritus en desequilibrio, siempre que el médium mantenga su firmeza y claridad.

1.7 Socorro espiritual

En el Capítulo 7 se describe una sesión de ayuda espiritual en la que Raúl Silva, bajo la guía de Clementino, interactúa con un espíritu perturbado llamado Liborio. Este espíritu, que había estado obsesionando a una mujer llamada Sara, es llevado a la sesión para recibir asistencia.

Raúl Silva, con paciencia y compasión, intenta calmar a Liborio, quien está confundido y angustiado. A través de una conversación llena de empatía, Silva logra que Liborio se abra emocionalmente. Clementino, el mentor espiritual, utiliza un “condensador ectoplásmico”, un dispositivo que proyecta imágenes de los recuerdos de Liborio, ayudando a que el espíritu confronte su pasado y sus acciones, como el abandono de su madre enferma y su propia muerte por intoxicación.

La sesión es un ejemplo de cómo el amor y la comprensión pueden facilitar la transformación espiritual. Liborio, al enfrentarse a sus recuerdos y recibir el apoyo del grupo, comienza un proceso de cambio profundo. El capítulo destaca la importancia de la colaboración y la energía positiva de todos los participantes en la sesión para lograr un resultado exitoso.

1.8 Psicofonía sonambúlica

En el Capítulo 8 se presenta a un espíritu perturbado que es llevado a una sesión mediúmnica bajo la supervisión de un mentor espiritual. Este espíritu, un antiguo hacendado cruel, está cubierto de fluidos oscuros y emite un olor desagradable, reflejando su estado mental y emocional.

El espíritu, llamado José María, es recibido por doña Celina, una médium sonámbula. A diferencia de Eugenia, quien mantiene un control consciente sobre el espíritu que se comunica a través de ella, Celina se separa completamente de su cuerpo físico, permitiendo que el espíritu se exprese más libremente. Sin embargo, su presencia espiritual sigue controlando al espíritu perturbado, impidiendo que se manifieste de manera deshonesta o violenta.

Áulus explica que Celina, al ser una médium sonámbula, permite que el espíritu se manifieste con más naturalidad, pero siempre bajo su control afectuoso y superior. Esto es posible porque su mente, orientada hacia el bien, ejerce un dominio sobre el espíritu inferior. La sesión ilustra cómo la mediumnidad sonambúlica puede ser efectiva cuando el médium posee una fuerte moral y control espiritual.

El capítulo destaca la importancia de la preparación y el control en las sesiones mediúmnicas, mostrando cómo un médium bien preparado puede ofrecer un valioso servicio de ayuda espiritual, incluso a los espíritus más perturbados. Al final, José María comienza a aceptar la ayuda y muestra signos de transformación, gracias al amor y la paciencia de los participantes en la sesión.

1.9 Posesión

En el Capítulo 9 se describe un caso de posesión espiritual durante una sesión de ayuda. Un joven llamado Pedro, acompañado por su madre, es atacado por un espíritu obsesor que lo domina completamente, provocando un episodio de epilepsia. Este espíritu, lleno de odio, se fusiona con Pedro, causando una lucha interna feroz.

Doña Celina, una médium presente en la sesión, intenta ayudar a Pedro y al espíritu obsesor a través de la oración y la compasión. A pesar de la resistencia del espíritu, las oraciones de Celina logran calmar la situación, permitiendo que el espíritu se separe de Pedro, quien queda en un estado de sueño reparador.

Áulus, el orientador espiritual, explica que este es un caso de posesión total, donde el odio recíproco entre Pedro y el espíritu obsesor los mantiene unidos. Pedro, en su vida pasada, fue un médico que abusó de su poder, causando sufrimiento a su hermano, quien ahora es el espíritu obsesor. La sesión es una oportunidad para que ambos espíritus comiencen un proceso de regeneración y aprendizaje.

El capítulo destaca la importancia de la mediumnidad como un camino de redención y aprendizaje. A través del amor y la dedicación, incluso los médiums que sufren pueden transformarse en valiosos trabajadores espirituales en el futuro. La historia de Pedro y su obsesor ilustra cómo las deudas del pasado pueden ser saldadas a través del servicio y la comprensión mutua.

1.10 Sonambulismo torturado

En el Capítulo 10 se presenta el caso de una joven mujer que sufre de una obsesión espiritual intensa. Durante una sesión de ayuda, se permite la manifestación de un espíritu obsesor que la atormenta. Este espíritu, un loco desencarnado, se une a la mujer, provocando una crisis en la que ella se contorsiona y grita, reflejando el dolor y la desesperación del espíritu.

Áulus explica que la mujer y su esposo están unidos en una prueba redentora. En una vida pasada, la mujer fue inducida por su entonces amante (ahora su esposo) a envenenar a su padre adoptivo, quien ahora es el espíritu obsesor. Este triángulo de relaciones complicadas se manifiesta en la vida actual como un proceso de expiación y aprendizaje.

La mujer, atrapada en un sonambulismo torturado, refleja las emociones y el sufrimiento del espíritu obsesor. Aunque sufre profundamente, su presencia en el centro espiritual no es inútil. A través de la oración y el adoctrinamiento, el trío de almas involucradas puede comenzar a sanar y aprender las lecciones del perdón y la comprensión.

El capítulo destaca la importancia de la paciencia y la bondad en el trabajo mediúmnico, mostrando cómo incluso los casos más difíciles pueden ser oportunidades para el crecimiento espiritual y la redención. La historia subraya que la mediumnidad efectiva requiere esfuerzo, amor y dedicación para superar las sombras del pasado y servir al bien común.

1.11 Desdoblamiento en servicio

En el capítulo 11 se describe una experiencia de desdoblamiento astral del médium Antonio Castro durante una sesión espiritual. Bajo la guía de Clementino, Castro es sometido a una intervención magnética que lo lleva a separarse de su cuerpo físico, permitiendo que su periespíritu se manifieste en el ambiente espiritual.

Durante el desdoblamiento, Castro experimenta una transformación en su apariencia espiritual, inicialmente mostrando una forma distorsionada que luego se ajusta a su forma habitual. A medida que se adapta al entorno espiritual, se le coloca un casco antifaz para ayudarlo a concentrarse en su misión, reduciendo distracciones.

Castro, acompañado por dos asistentes espirituales, emprende un viaje a través de un camino oscuro, experimentando miedo y ansiedad. Sin embargo, la oración del grupo le proporciona fuerza y confianza para continuar. Finalmente, llega a una ciudad de luz donde se encuentra con Oliveira, un trabajador espiritual recientemente desencarnado.

A través de Castro, Oliveira envía un mensaje de gratitud y aliento a sus compañeros en la Tierra, destacando la importancia de la caridad y el trabajo en la causa del bien. El capítulo concluye con Castro regresando a su cuerpo físico, habiendo cumplido su misión y dejando una valiosa lección sobre el poder del servicio espiritual y la conexión entre los mundos físico y espiritual.

1.12 Clarividencia y clariaudiencia

En el Capítulo 12 se describe la fase final de una reunión espiritual en la que se realizan oraciones de agradecimiento y se fluidifica agua para fines terapéuticos. Clementino, el mentor espiritual, ayuda a los médiums a mejorar su percepción sensorial, ajustando sus capacidades de clarividencia y clariaudiencia para que sean útiles sin violar el orden natural.

Áulus explica que la percepción mediúmnica es mental y no depende exclusivamente de los sentidos físicos. Cada médium tiene un grado de percepción diferente, influenciado por su crecimiento espiritual y su capacidad de sintonizar con las energías espirituales. Durante la sesión, los médiums Celina, Eugenia y Castro muestran diferentes niveles de receptividad a las influencias espirituales.

Celina y Eugenia captan imágenes sugeridas por Clementino, relacionadas con la obra de amparo a los enfermos y la formación de una escuela, mientras que Castro se muestra más interesado en un reencuentro personal con su madre desencarnada. Áulus destaca que las percepciones mediúmnicas pueden ser influenciadas por pensamientos y emociones, tanto de los propios médiums como de los espíritus que los rodean.

El capítulo concluye con una manifestación de energía espiritual que proporciona bienestar a todos los presentes, encarnados y desencarnados, y una reflexión sobre cómo las ideas y pensamientos pueden generar formas perceptibles en el plano espiritual. La sesión termina con una instrucción general de los orientadores de la casa, subrayando la importancia de la disciplina y la sintonía en el trabajo mediúmnico.

1.13 Pensamiento y mediumnidad

En capitulo 13 se describe el cierre de una reunión espiritual con un mensaje final transmitido a través de la médium Celina. Durante este momento, Celina entra en un estado de comunión con un benefactor espiritual, irradiando un mensaje de paz y sabiduría a todos los presentes.

El mensaje enfatiza la importancia del pensamiento en la mediumnidad y en la vida espiritual. Se destaca que nuestra alma vive donde está nuestro corazón, y que nuestras creaciones mentales influyen en nuestra evolución espiritual. La mediumnidad torturada se presenta como una oportunidad para saldar deudas del pasado, y se subraya la necesidad de la renovación mental para alcanzar la armonía.

El mensaje también resalta que la verdadera espiritualidad no se basa solo en la creencia o en la capacidad de comunicarse con el mundo espiritual, sino en la aplicación práctica de los principios espirituales en la vida diaria. Se insta a los presentes a buscar la perfección interior y a reflejar la luz y el amor de Cristo en sus acciones.

El capítulo concluye con una invitación a continuar el esfuerzo de elevación espiritual, recordando que el pensamiento puro y operante es la fuerza que nos impulsa hacia el amor y la alegría. La reunión se cierra con una oración de agradecimiento, dejando a los participantes con un sentido de paz y propósito renovado.

1.14 En servicio espiritual

En el Capítulo 14 se narra un encuentro con Abelardo Martins, el esposo desencarnado de doña Celina, quien solicita ayuda para Liborio dos Santos, un espíritu en sufrimiento. Abelardo, quien ha estado trabajando en un hospital de emergencia en las regiones purgatorias, busca la colaboración de Celina para asistir a Liborio.

Áulus explica que Abelardo, tras su desencarnación, pasó por un periodo de rebeldía y obsesión hacia su esposa, pero gracias a las oraciones de Celina y la intervención de amigos espirituales, logró cambiar su actitud y ahora trabaja en la asistencia a espíritus desequilibrados. A pesar de las diferencias entre Abelardo y Celina, su amor perdura, y Abelardo encuentra en su esposa un incentivo para su autorecuperación.

El capítulo también aborda la complejidad de las relaciones espirituales y matrimoniales, destacando que el verdadero amor implica renuncia y sacrificio. Áulus señala que, aunque la muerte puede separar físicamente a las parejas, los lazos espirituales pueden continuar si hay afinidad y amor genuino.

Durante la visita al hospital espiritual, se observa a Liborio en un estado de angustia, influenciado por su esposa encarnada, quien lo persigue mentalmente. Áulus explica que este es un caso de obsesión recíproca, donde ambos están atrapados en un ciclo de dependencia mutua. La intervención de Celina provoca una reacción de celos en la esposa de Liborio, lo que permite un momento de calma para el enfermo.

El capítulo concluye con una reflexión sobre el servicio espiritual continuo y la importancia de la renovación mental para romper los ciclos de obsesión. Áulus promete continuar las observaciones en futuras reuniones, subrayando que el trabajo espiritual es incesante y esencial para el progreso y la armonía.

1.15 Fuerzas viciosas

En el Capítulo 15 se explora el impacto de las energías negativas y las influencias espirituales en la vida cotidiana. Durante un paseo nocturno, Áulus y sus compañeros observan a un hombre en estado de embriaguez, acompañado por una entidad espiritual que comparte su perturbación. Este encuentro lleva al grupo a reflexionar sobre cómo las almas desencarnadas, apegadas a los placeres terrenales, continúan buscando satisfacción a través de los vivos.

Áulus explica que estas entidades permanecen atrapadas en sus hábitos viciosos, y que su reforma llegará a través de procesos naturales de desencanto y sufrimiento, o mediante reencarnaciones dolorosas que actúan como oportunidades de redención. La conversación también aborda cómo la mediumnidad puede ser utilizada tanto para el bien como para el mal, dependiendo de la orientación espiritual del individuo.

En un restaurante, el grupo observa a un joven médium bajo la influencia de una entidad negativa, escribiendo un artículo sensacionalista que podría dañar a una joven involucrada en un crimen. Áulus destaca que las facultades mediúmnicas están presentes en todos, y que es crucial dirigirlas hacia el bien mediante la disciplina espiritual y la fe.

El capítulo concluye con la observación de un médico acompañado por una entidad benéfica, ilustrando que las influencias positivas también están presentes y que la mediumnidad puede ser una fuerza para el bien cuando se guía adecuadamente. Áulus enfatiza la importancia de utilizar las facultades mediúmnicas de manera constructiva, comparándolas con la electricidad que transforma el mundo cuando se controla y distribuye inteligentemente.

1.16 Mandato mediúmnico

En el Capítulo 16 se describe una visita a un centro espíritista donde se observa el trabajo de la médium Ambrosina, quien ha dedicado su vida al servicio espiritual. La casa está protegida por un cordón luminoso que impide el acceso a espíritus negativos, mientras que los desencarnados afligidos son bienvenidos para recibir ayuda.

Ambrosina, con más de veinte años de servicio, es un puente entre dos mundos, asistida por un aparato magnético que la mantiene en contacto constante con su guía espiritual, Gabriel. A pesar de las numerosas solicitudes de ayuda que recibe, mantiene su equilibrio gracias a su paciencia y dedicación.

Durante la sesión, Gabriel y otros benefactores espirituales inspiran a los presentes, ofreciendo consuelo y orientación. Un espejo fluídico permite a los espíritus ver y analizar las necesidades de las personas mencionadas en las peticiones, facilitando respuestas adecuadas.

Áulus explica que el mandato mediúmnico de Ambrosina es el resultado de un compromiso previo a su reencarnación, y que su asociación con Gabriel asegura que solo se comunique bajo su supervisión. Este sistema garantiza orden y seguridad en el trabajo mediúmnico, permitiendo que las comunicaciones sean efectivas y beneficiosas.

El capítulo destaca la importancia de la disciplina y el compromiso en el ejercicio de la mediumnidad, subrayando que incluso aquellos con un mandato mediúmnico pueden errar si no mantienen su dedicación al bien. La conversación también aborda cómo las respuestas espirituales pueden parecer contradictorias si no se comprenden en su contexto adecuado, enfatizando la necesidad de una fe sincera y una búsqueda genuina de la verdad.

Finalmente, el grupo se dirige a observar el servicio de pases magnéticos, continuando su exploración de las prácticas espirituales y el aprendizaje en el centro.

1.17 Servicio de pases

En el Capítulo 17 se describe la visita a una sala de curación donde los médiums Clara y Enrique, bajo la guía de Conrado, realizan pases magnéticos para ayudar a los enfermos. La atmósfera del lugar es radiante y balsámica, llena de energía positiva acumulada por las oraciones y pensamientos de quienes buscan ayuda.

Clara y Enrique, en oración, se preparan para el trabajo, conectándose con los benefactores espirituales. Conrado explica que la oración es esencial para expulsar las energías negativas y absorber fuerzas renovadoras, permitiendo a los médiums actuar como canales de energía divina.

Durante el servicio, los enfermos, tanto encarnados como desencarnados, son atendidos y se retiran con signos de alivio. Las manos de los médiums irradian energía que penetra el aura de los pacientes, provocando cambios positivos. Áulus explica que el pensamiento y la fe son cruciales para la efectividad de los pases, y que la falta de confianza puede impedir la recepción de ayuda.

El capítulo también aborda la diferencia entre los hipnotizadores comunes y los médiums espirituales, destacando la importancia de la pureza de corazón y la mente para canalizar el poder divino. Áulus enfatiza que el servicio de curación requiere humildad y amor, y que la oración sincera puede atraer la simpatía de los magnetizadores espirituales.

Finalmente, se observa el caso de una anciana con ictericia, quien experimenta alivio tras recibir un pase. Áulus explica que el pase es una transfusión de energías que ayuda a la mente a reanimar las células del cuerpo, facilitando la recuperación. El capítulo concluye con la reflexión sobre la importancia de la sintonía y la oración en el proceso de curación a distancia.

1.18 Anotaciones al margen

En el Capítulo 18 se describe una sesión mediúmnica en la que doña Ambrosina psicografía mensajes para los presentes, mientras un orador, influenciado por un mentor espiritual, enfatiza la importancia de alinearse con las Leyes Divinas para renovar la vida mental. Gabriel, el supervisor espiritual, mantiene el orden y la armonía en la reunión, asegurándose de que todos los aspectos del trabajo se desarrollen correctamente.

Hilario, curioso como siempre, pregunta sobre el propósito de los mensajes personales de los espíritus, a lo que Áulus responde que son respuestas reconfortantes, aunque no soluciones definitivas, para los problemas de los encarnados. Explica que la mediumnidad es una herramienta para cooperar en el crecimiento espiritual, y que los desencarnados ayudan a los vivos como parte de un ciclo de aprendizaje y evolución.

Durante la sesión, una madre afligida mentalmente llama a su hijo fallecido, quien se presenta en un estado lastimoso. Áulus interviene para aliviar a la madre, explicando que el hijo se suicidó y que su manifestación directa sería un martirio para ella. La mediumnidad, dice Áulus, es una concesión divina para ayudar a la humanidad a comprender la vida eterna y no debe ser vista como una solución mágica a los problemas.

El capítulo concluye con un mensaje de Gabriel, quien insta a los presentes a ver la mediumnidad como un camino hacia la capacitación para la vida superior, no como un medio para resolver todos los enigmas de la vida. Destaca que el Espiritismo y la mediumnidad nos ayudan a comprender mejor las leyes de la vida y la justicia divina, y deben ser reverenciados como altares vivos en el templo de la fe.

La sesión termina con una oración de agradecimiento, y los asistentes reflexionan sobre las enseñanzas recibidas, reconociendo la importancia de la mediumnidad en el crecimiento espiritual y la comprensión de la vida eterna.

1.19 Dominio telepático

En el Capítulo 19 se aborda el tema de la influencia mental y emocional entre personas, especialmente en el contexto de relaciones familiares. La historia se centra en Anesia, una mujer que enfrenta una dura prueba debido a la infidelidad emocional de su esposo, Jovino, quien está bajo la fascinación de otra mujer. Esta situación afecta profundamente a Anesia y su familia.

Teonilia, una compañera espiritual, solicita la ayuda de Áulus para intervenir en esta situación. Áulus, sin embargo, enfatiza la necesidad de observar y entender el caso antes de tomar medidas drásticas, ya que la obsesión, ya sea entre encarnados o desencarnados, es una enfermedad mental que requiere tratamiento cuidadoso.

Al visitar el hogar de Anesia, se observa cómo Jovino está mentalmente dominado por la imagen de la otra mujer, lo que le lleva a comportarse de manera distante y desinteresada con su familia. Anesia, por su parte, sufre de angustia y malestar debido a esta situación, lo que se manifiesta en una contienda mental con la imagen de su rival.

Áulus explica que este tipo de influencia telepática es común y puede convertirse en una peligrosa obsesión. La solución, según él, radica en la fraternidad y el perdón, siguiendo el consejo de Cristo de amar a los adversarios y orar por quienes nos calumnian.

El capítulo concluye con Anesia preparándose para sus oraciones habituales, un momento que Áulus y sus compañeros aprovechan para unirse a ella en oración, buscando paz y fortaleza espiritual.

1.20 Mediumnidad y oración

En el Capítulo 20 se explora el poder transformador de la oración en medio de las dificultades. Anesia, enfrentando la infidelidad emocional de su esposo Jovino y el cuidado de su madre enferma, encuentra consuelo y fortaleza a través de la oración.

La escena se desarrolla en el hogar de Anesia, donde su madre, doña Elisa, está en sus últimas horas de vida, acompañada por el espíritu perturbado de su hijo fallecido. Anesia, a pesar de su propio sufrimiento, se dedica a cuidar a su madre y, junto a su hija Marcia, se entrega a la oración.

Durante la oración, Anesia experimenta una transformación interna, irradiando una luz que atrae a espíritus desencarnados en busca de consuelo. Áulus explica que la oración tiene el poder de elevar y consolar tanto a los vivos como a los espíritus en sufrimiento.

Anesia, en un estado de desdoblamiento, es guiada por Áulus y Teonilia para ver a su esposo en un club nocturno, donde está bajo la influencia de otra mujer. A pesar del dolor que esto le causa, Áulus le aconseja compasión y perdón, recordándole que el amor verdadero implica sacrificio y comprensión.

La oración de Anesia no cambia los hechos externos, pero transforma su perspectiva, dándole la fuerza para enfrentar sus desafíos con paciencia y amor. Áulus destaca que la oración es una herramienta poderosa que nos ayuda a asimilar fuerzas superiores y a transformar nuestras situaciones a través del cambio interno.

El capítulo concluye con Anesia sintiéndose reconfortada y decidida a enfrentar sus pruebas con una nueva comprensión, mientras Áulus promete regresar para asistir a doña Elisa en su transición.

1.21 Mediumnidad en el lecho de muert

En el Capítulo 21 se describe el proceso de desencarnación de doña Elisa, la madre de Anesia, quien se encuentra en sus últimas horas de vida. La situación es crítica, con el médico de la familia mostrando preocupación por su estado de salud, agravado por una intoxicación y problemas cardíacos.

Doña Elisa, en su delirio, experimenta visiones aterradoras y clama por su hijo fallecido, Olimpo, quien está presente en espíritu, pero en un estado de perturbación debido a su vida pasada de excesos. Anesia, conmovida, se entrega a la oración, recibiendo el apoyo espiritual de Teonilia, lo que le proporciona serenidad y paz.

Áulus explica que la presencia de Olimpo, aunque no deseada, es el resultado de la evocación constante de su madre, lo que ha creado una conexión mediúmnica entre ellos. Esta situación refleja cómo las emociones y pensamientos pueden influir en el proceso de desencarnación, afectando tanto al moribundo como al espíritu presente.

A medida que doña Elisa se acerca a la muerte, experimenta un repaso de su vida y un deseo de despedirse de su hermana Matilde. A través de un esfuerzo mental, logra comunicarse con ella, demostrando un fenómeno común de comunicación entre almas en el momento de la muerte.

Finalmente, doña Elisa se libera parcialmente de su cuerpo físico, pero permanece unida a él por un cordón plateado, simbolizando la conexión entre el cuerpo y el espíritu. Áulus explica que este cordón tiene una función específica en el reequilibrio del alma y que su disolución es tarea de espíritus especializados.

El capítulo concluye con la retirada de Áulus y sus compañeros, habiendo presenciado y aprendido valiosas lecciones sobre el proceso de desencarnación y la mediumnidad en el lecho de muerte.

1.22 Emerger del pasado

En el Capítulo 22 se explora un caso de mediumnidad en el que el pasado de una persona influye profundamente en su presente. Durante una reunión mediúmnica presidida por Raúl Silva, una de las señoras enfermas comienza a llorar y a expresar un dolor profundo, reviviendo una experiencia traumática de una vida pasada.

Áulus explica que la mujer está reviviendo un evento de una vida anterior, donde fue víctima de violencia. Este recuerdo se activa por la presencia de un espíritu que fue su agresor en esa vida pasada. Aunque el espíritu está presente, la manifestación de la mujer es un reflejo de su propio mundo interior, un fenómeno que Áulus describe como animismo.

El capítulo destaca cómo los recuerdos y emociones no resueltos de vidas pasadas pueden influir en el comportamiento y la salud mental en la vida presente. Áulus enfatiza la importancia de tratar estos casos con amor y comprensión, en lugar de simplemente etiquetarlos como mixtificación inconsciente.

Raúl Silva, con su habilidad como psicólogo, guía a la mujer a través de la oración, ayudándola a encontrar un momento de paz y a desligarse de las impresiones del pasado. Áulus señala que, con el tiempo y el tratamiento adecuado, la mujer podrá superar su angustia y desarrollar su potencial mediúmnico.

El capítulo concluye con la promesa de que, a través de la paciencia y la caridad, la mujer podrá sanar y encontrar la paz, mientras el grupo se prepara para atender a otro caso que requiere su atención.

1.23 Fascinación

En el Capítulo 23 se aborda un caso de obsesión severa en el que una mujer es controlada por un espíritu desencarnado que busca vengarse de ella. Durante una reunión mediúmnica, la mujer cae en convulsiones y actúa de manera animalesca, reflejando el dominio que el espíritu tiene sobre ella.

Áulus y Clementino intervienen para aliviar la situación, explicando que la mujer está bajo la influencia de un hipnotizador desencarnado, asistido por otros espíritus vengativos. Este tipo de obsesión, conocida como fascinación, es común entre espíritus que comparten un pasado de complicidad en el crimen.

Hilario y el narrador aprenden que la obsesión se basa en la reciprocidad y que no se puede simplemente separar al espíritu de su víctima sin entender la profundidad de su conexión. Áulus enfatiza que el amor y la paciencia son esenciales para ayudar a ambos, ya que todos tienen deudas del pasado que saldar.

El capítulo también explora el fenómeno de la xenoglosia, donde la mujer habla en un dialecto antiguo debido a su conexión con el espíritu. Áulus explica que esto ocurre cuando el médium y el espíritu tienen una afinidad profunda, permitiendo que las fuerzas del pasado se manifiesten en el presente.

Finalmente, Áulus revela que la solución para este caso es que la mujer y el espíritu reencarnen como madre e hijo, permitiendo que el amor puro transforme su relación y les brinde la oportunidad de redención. El capítulo concluye con una reflexión sobre la importancia del hogar y el amor en el proceso de sanación espiritual.

1.24 Lucha expiatoria

En el Capítulo 24 se presenta el caso de Américo, un joven que sufre de convulsiones y perturbaciones mentales debido a influencias espirituales del pasado. Durante una reunión mediúmnica, Américo experimenta una crisis que refleja su lucha interna y su conexión con entidades desencarnadas que compartieron con él un pasado delictivo.

Áulus explica que Américo, aunque físicamente joven, parece mucho mayor debido a los tratamientos médicos intensivos que ha recibido sin éxito. Su enfermedad es de origen mental, resultado de su vida pasada y de las influencias espirituales que arrastra. A pesar de su sufrimiento, Américo tiene el potencial de desarrollar facultades mediúmnicas valiosas una vez que supere su desarmonía actual.

El capítulo también revela la historia de la familia de Américo. Su padre, Julio, fue un líder de bandidos en una vida pasada y ahora enfrenta las consecuencias de sus acciones, cuidando de sus hijos, quienes fueron sus cómplices. La familia vive en condiciones difíciles, pero encuentra consuelo en la fe y el amor mutuo.

Laura, la hermana de Américo, es un espíritu generoso que, incluso durante el sueño, cuida de su familia. Áulus destaca la importancia de la influencia espiritual en el hogar, donde los pensamientos y emociones de los miembros de la familia afectan profundamente a todos.

El capítulo concluye con la esperanza de que, a través de la disciplina, el estudio y la oración, Américo pueda encontrar su equilibrio y contribuir positivamente en trabajos mediúmnicos, demostrando que el progreso es posible con esfuerzo y cooperación.

1.25 En torno a la fijación mental

En el Capítulo 25 se explora el fenómeno de la fijación mental y su impacto en el progreso espiritual. Hilario y el narrador buscan entender cómo las mentes pueden quedar atrapadas en ciertas ideas o emociones, como en el caso del espíritu vengativo del estrangulador de Toscana.

Áulus explica que después de la muerte, continuamos desarrollando los pensamientos que cultivamos en vida. La fijación mental puede causar un estancamiento indefinido, impidiendo el avance espiritual. Utiliza la metáfora de un soldado en batalla para ilustrar cómo el alma debe luchar por su perfeccionamiento. Si fracasa, queda atrapada en un estado de desarmonía, similar a los heridos en la retaguardia de una guerra.

El tiempo, según Áulus, es relativo a nuestra percepción. Cuando estamos felices, pasa rápidamente, pero en el sufrimiento, parece detenerse. Las almas que no se liberan de pensamientos negativos pueden quedar atrapadas en un ciclo de aflicción, reviviendo constantemente sus errores y dolores.

Áulus también aborda cómo la reencarnación puede ser una herramienta para la recuperación de estas almas. A veces, es necesaria una reencarnación “compulsoria” para ayudar a las almas a despertar y sanar. Este proceso es similar a colocar a un enfermo en una máquina que lo obliga a moverse y, eventualmente, a recuperarse.

El capítulo concluye con una reflexión sobre cómo las fijaciones mentales pueden manifestarse en la vida física como enfermedades mentales o retrasos, y cómo el amor y el apoyo de la familia son cruciales para la recuperación. La conversación sugiere que el progreso es un proceso lento y que el amor es fundamental para superar las fijaciones mentales y avanzar espiritualmente.

1.26 Psicometría

En el Capítulo 26 Áulus lleva a Hilario y al narrador a un museo para explorar el fenómeno de la psicometría, que en el contexto mediúmnico se refiere a la capacidad de percibir impresiones y recuerdos al tocar objetos. En el museo, observan cómo ciertos objetos están impregnados de fluidos espirituales debido a la conexión emocional de sus antiguos dueños.

Áulus explica que los objetos pueden actuar como mediadores de relaciones espirituales, conservando las vibraciones mentales de quienes los poseyeron. Al tocar un reloj, el narrador experimenta una visión de la familia que lo poseía, demostrando cómo los pensamientos y emociones quedan impresos en los objetos.

El capítulo también aborda cómo las almas desencarnadas pueden quedar apegadas a objetos debido a fijaciones mentales, como en el caso de una joven que espera el regreso de un amor perdido, simbolizado por un espejo. Áulus explica que estas fijaciones pueden ser resueltas a través de reencarnaciones futuras, donde las almas involucradas se reencuentran para resolver sus deudas.

La conversación se extiende a cómo las vibraciones de los pensamientos afectan a los objetos y a las personas que los utilizan, sugiriendo que la mediumnidad y la sensibilidad psíquica permiten percibir estas energías. Áulus concluye que el pensamiento es una poderosa herramienta de conexión, permitiendo la comunión entre las almas en el vasto universo de la vida.

1.27 Mediumnidad extraviada

En el Capítulo 27 Áulus lleva a Hilario y al narrador a una reunión donde se observa un uso distorsionado de la mediumnidad. En esta sala, un grupo de personas está involucrado en prácticas mediúmnicas que se centran en satisfacer deseos personales y triviales, en lugar de buscar un crecimiento espiritual genuino.

Áulus y los observadores notan que los espíritus presentes son de baja vibración, y el ambiente está cargado de fluidos densos y desagradables. Los médiums en la reunión están más interesados en resolver problemas mundanos de los asistentes, como obtener dinero o influir en decisiones personales, que en elevar su espiritualidad o ayudar a los espíritus a progresar.

El asistente Áulus explica que este tipo de prácticas son un abuso de la mediumnidad y que, aunque los participantes buscan evitar el esfuerzo personal, eventualmente enfrentarán las consecuencias de sus acciones. La ley del progreso espiritual es inexorable, y aquellos que explotan a los espíritus desencarnados de esta manera tendrán que enfrentar sus deudas en el futuro, posiblemente reencarnando juntos para resolver sus conflictos.

Áulus enfatiza que el dolor y las dificultades son herramientas de la Justicia Divina para corregir el rumbo de aquellos que se desvían. Aunque el abuso de la mediumnidad es evidente, también lo es la ignorancia de los participantes, quienes eventualmente aprenderán a través de las lecciones de la vida.

El capítulo concluye con una reflexión sobre la importancia de utilizar la mediumnidad de manera responsable y con un propósito elevado, recordando que cada acción tiene su consecuencia y que el verdadero progreso espiritual requiere esfuerzo y dedicación.

1.28 Efectos físicos

En el Capítulo 28 Áulus lleva a Hilario y al narrador a una sesión de materialización, donde se observan fenómenos físicos relacionados con la mediumnidad. La reunión se centra en ayudar a dos señoras enfermas, y el ambiente está preparado cuidadosamente para facilitar la materialización de espíritus.

El médium, un joven hombre, es asistido por entidades desencarnadas que preparan el ambiente y su cuerpo para la emisión de ectoplasma, una sustancia esencial para la materialización. Áulus explica que el ectoplasma está íntimamente ligado al pensamiento del médium, y cualquier perturbación mental puede afectar el proceso.

Durante la sesión, el ectoplasma se acumula y es utilizado por los técnicos espirituales para intentar materializar formas. Sin embargo, la falta de concentración y las intenciones inadecuadas de los asistentes encarnados dificultan la materialización de alto nivel. A pesar de esto, se logra realizar un trabajo curativo y algunos fenómenos menores, como el transporte de flores.

Áulus destaca la importancia de la educación mediúmnica y la necesidad de un alto objetivo moral en estas prácticas. La mediumnidad no es un privilegio, sino un medio de servicio que requiere disciplina y abnegación. El capítulo concluye con una reflexión sobre el potencial futuro de la mediumnidad y el ectoplasma, sugiriendo que la humanidad aún tiene mucho que aprender sobre estas fuerzas y su aplicación.

1.29 Notas sobre el servicio

En el Capítulo 29, el narrador reflexiona sobre los diversos problemas y desafíos que enfrentan aquellos que estudian y practican la mediumnidad en el contexto de la evolución espiritual de la humanidad. Acompañado por Áulus, el narrador ha acumulado un valioso conocimiento sobre una variedad de fenómenos mediúmnicos, desde la psicofonía hasta la materialización, y ahora busca la opinión del asistente sobre estos temas.

Áulus enfatiza que la mediumnidad es un patrimonio común de la humanidad, pero cada persona y grupo la interpreta de manera diferente. Aunque la ciencia terrestre aborda estos fenómenos con rigor experimental, Áulus sugiere que la mediumnidad puede ser entendida con la sencillez del Evangelio, destacando la importancia de la sinceridad y el bien en su práctica.

El diálogo aborda varias críticas y malentendidos comunes sobre la mediumnidad. Áulus responde a la idea de que los médiums deben ser segregados o que solo se deben buscar relaciones con seres espirituales superiores, argumentando que el verdadero servicio espiritual implica ayudar a los necesitados y trabajar con todos los niveles de manifestaciones mediúmnicas.

Áulus también refuta la noción de que el Espiritismo debería evitar a los desequilibrados, afirmando que el Espiritismo, como la medicina, se engrandece al ayudar a los enfermos y desequilibrados. La conversación subraya la importancia de la cooperación y el servicio mutuo en el camino hacia la redención y el progreso espiritual.

Finalmente, Áulus destaca que la religión y la mediumnidad son herramientas de educación espiritual que guían a las almas hacia la purificación y el crecimiento. La interdependencia es fundamental en la vida, y el apoyo mutuo es esencial para el avance colectivo. El capítulo concluye con un llamado a trabajar con buen ánimo, recordando que el tiempo y el servicio al bien son claves para la victoria espiritual.

1.30 Últimas páginas

En el Capítulo 30, el narrador y Hilario acompañan a Áulus en sus momentos finales juntos, reflexionando sobre la separación inminente. A medida que avanzan, Áulus utiliza ejemplos cotidianos para ilustrar cómo la mediumnidad se manifiesta en todas las facetas de la vida. Desde el labrador que es el médium de la cosecha hasta el juez que es el médium de las leyes, Áulus destaca que todos somos instrumentos de las fuerzas a las que nos consagramos.

Al llegar a una casa donde atenderán a un niño enfermo, Áulus reflexiona sobre la familia como un espacio de mediumnidad pura y espontánea. La familia es vista como un lugar de evolución y perfeccionamiento, donde la paternidad y la maternidad son un sacerdocio que facilita la regeneración y el progreso espiritual.

Antes de despedirse, Áulus invita al narrador a hacer una oración. En su plegaria, el narrador pide a Jesús que los haga dignos de aquellos que esparcen la verdad y el amor, y que les guíe hacia la humildad y la renovación. La oración es un tributo a Áulus, quien ha sido un guía y benefactor durante su aprendizaje.

Conmovidos, Hilario y el narrador observan a Áulus partir, agradecidos por las lecciones aprendidas. Finalmente, se enfocan en el trabajo que les espera, listos para aplicar lo aprendido y continuar su camino de servicio y crecimiento espiritual.